6 Testimonios estudiantiles: Grayson Thorpe

La oportunidad de viajar a otro país para experimentar la lengua, la cultura, y la historia es algo único que tiene un impacto positivo en la vida de una persona. Mi viaje a Salamanca, España, fue un ejemplo de eso. Me ha cambiado de muchas formas, incluyendo mi comodidad al hablar el castellano, mi inclinación a probar cosas nuevas, y mi conocimiento de la cultura española. Las clases de español que tomé durante mis dos semanas en Salamanca,  junto con la inmersión constante, me dieron más confianza para comunicarme en castellano. Ahora puedo iniciar una conversación en español, incluso con un hablante nativo, sin reservaciones. Usé mi español en cada momento cuando estaba en Salamanca: en las tiendas, con las instructoras, y cuando pedía comida en un restaurante. Tenía que pensar muy rápidamente  para responder a preguntas y continuar las conversaciones. Al principio, cometía muchos errores, pero con cada error aprendía más. También tuve la oportunidad de participar en muchas  actividades culturales como, por ejemplo, una clase de cocina de paella, una lección de flamenco,  juegos tradicionales, una yincana (scavenger hunt), y muchas visitas a atracciones como la Catedral Ieronimus, la Universidad de Salamanca, el Río Tormes, el Barrio del Oeste y las ruinas antiguas. Con mis compañeros de clase, visité museos de arte e historia, mercados, parques, tiendas y restaurantes; ¡una exposición completa de la ciudad de Salamanca!

Cada experiencia nueva fue fascinante y todas añadieron a mi admiración por esa maravillosa ciudad. Inicialmente, mi llegada al país fue un gran choque cultural, como, por ejemplo, el hecho de que casi nadie salía de casa con ropa casual como en los Estados Unidos. Mis amigos y yo caminábamos a todos lados y casi nunca veíamos demasiado tráfico. Era un mundo completamente diferente al que me había acostumbrado en los Estados Unidos. Sin embargo, cuando me adapté a la nueva cultura, me gustaron esos cambios. De a partir de entonces, prefiero caminar por la ciudad, pedir porciones de comida más pequeñas, y seguir el sentido de la moda de España. Además, me acostumbré a situaciones diferentes como la falta de aire acondicionado en algunos edificios y el hecho de que se sirven las bebidas sin hielo.

Es algo muy especial experimentar y vivir una cultura diferente que te puede cambiar la perspectiva de vida. Siempre estaba emocionada por cada excursión, experiencia, o actividad cultural, especialmente porque compartía estas vivencias con mis amigos. Las buenas experiencias, como ir de compras en la Plaza Mayor, y las malas experiencias, como encontrarme caminando sin paraguas durante una tormenta, crearon vínculos y recuerdos inolvidables no solo con mis compañeros, pero tambien con la gente de alli. Salí de España una persona completamente diferente a la que era cuando llegué. Puedo decir sin duda que los efectos que el país ha tenido en mí son permanentes; ¡este viaje siempre se quedará conmigo! ¿Y tú?  ¿Cuál te parece qué sería tu experiencia?