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Chile, como casi todos los países hispanohablantes, es mayoritariamente católico. Es decir, un gran porcentaje de la población chilena se considera católica. En este ensayo, hablaremos sobre los jóvenes chilenos y sus percepciones hacia la religión como ‘institución’ y la espiritualidad individual. Examinaremos las ventajas y desventajas de cada ideología para que luego, tienen Uds. la oportunidad de compartir vuestras reacciones y opiniones.

Según un artículo escrito en 2010 por Silva-Dreyer, Romero-Ocampo, y Peters-Núñez, la mayoría de los chilenos jóvenes, entre diecisiete y veinte, van menos a la iglesia que en generaciones anteriores y ponen más importancia en la espiritualidad individual. Algunos jóvenes chilenos se han apartado de la iglesia como ‘institución’ por su desacuerdo con la percibida intolerancia hacia la sexualidad y el divorcio, la propagación de ideas demasiado tradicionales que no encajan con la vida moderna y su capacidad de sentir a Dios, incluso hablar con Él, fuera de la iglesia. Basándose en los resultados de encuestas realizadas por el Instituto Nacional de la Juventud, combinado con las tendencias actuales hacia la individualidad y el espiritualismo en Chile, los autores sugieren que existe la necesidad de proveer nuevas plataformas religiosas que permitan más flexibilidad en cuanto a los horarios, las instalaciones, los medios de comunicación y por supuesto, sus ideologías. Otras razones por las cuales los jóvenes chilenos se están alejando de la iglesia católica como institución tiene que ver con la inclusión de argumentos políticos y por la falta de coherencia entre lo que se enseña y lo que se hace. Entonces, para muchos jóvenes chilenos, la cuestión no es tanto cómo volverse religioso, sino cómo volverse buena persona. Aun así, hay jóvenes que siguen yendo a un lugar de adoración porque les gusta estar en un ambiente pacífico, estar en la presencia de imágenes religiosas, experimentar el compañerismo y participar en las actividades organizadas por la parroquia; entre estas actividades son las que dejan que los fieles ayuden a repartir comida a los pobres o  interactuar con gente menos afortunada, lo cual les da la oportunidad unirse a Dios.

En resumen, parece que para los jóvenes chilenos, la creencia en Dios no es necesariamente atada a la religión organizada, en este caso, el catolicismo o cristianismo. De igual manera, la espiritualidad, reconocido por algunos participantes como “la paz y la introspección”, no significa que uno no crea en Dios; el asunto polémico parece estar ligado al modo de entrega que ofrece por la  institución religiosa – es decir, ni el formato de los discursos ni las plataformas utilizadas para llegar a los jóvenes, ni los temas e ideologías de los que se presentan en la iglesia reflejen las necesidades físicas, intereses, retos sociales o creencias de la población juvenil en Chile.

Ahora, lee el artículo original y busca las diferentes explicaciones que han aportado los participantes del estudio sobre la religión y la espiritualidad. ¿Cuáles son las explicación o definiciones con las que estás de acuerdo y con las que no estás de acuerdo? ¿Cuáles son los argumentos más polémicos en cuanto a las revelaciones del artículo? ¿Cómo pueden actualizar su modo de entrega las distintas instituciones religiosas, no solamente la iglesia católica? En tu opinión, ¿es posible (e inclusive apropiado) alcanzar a los jóvenes de tu país con lecciones religiosas utilizando plataformas como Facebook, Twitter, YouTube, Instagram o TikTok?